100 años del 8 de marzo

Mañana celebramos el DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES. Es un día de fiesta. De hecho celebramos 100 años desde aquel día en el que hubo mujeres que reivindicaron los derechos que nos corresponden y que nos estaban censurados hasta entonces.

Desde la Oficina de igualdad os dejamos un artículo que CCOO ha publicado en su revista TRABAJADORA. Nos parece importante que conozcamos nuestra historia.



Celebramos el centenario del Día Internacional de la Mujer (1911-2011)
01-03-2011. Este marzo de 2011 hará 100 años que las mujeres del mundo nos movilizamos en una misma jornada, reivindicando unidas y simultáneamente nuestros derechos y la mejora de nuestras condiciones de vida, participación y trabajo. Un Día Internacional de las Mujeres puesto en marcha a iniciativa de Clara Zektin en 1910, que comenzó a celebrarse con las características reivindicativas de igualdad, unidad y movilización enmarzo de 1911.

"Las mujeres obreras están totalmente convencidas de que la cuestión de la emancipación de las mujeres no es una cuestión aislada. Saben claramente que esta cuestión en la sociedad actual no puede ser resuelta sin una transformación básica de la sociedad" (Clara Zektin).

Este marzode 2011 hará 100 años que las mujeres del mundo nos movilizamos en
una misma jornada, reivindicando unidas y simultáneamente nuestros derechos y la mejora de nuestras condiciones de vida, participación y trabajo. Un Día Internacional de las Mujeres puesto en marcha a iniciativa de Clara Zektin en 1910, que comenzó a celebrarse con las características reivindicativas de igualdad, unidad
y movilización en marzo de 1911.

Entonces Clara Zektin, junto con sus compañeras trabajadoras y sindicalistas, mantuvo en primera línea la lucha contra la doble explotación, de clase y de género, que afectaba a las trabajadoras; su prioridad fue conseguir la entrada de las mujeres al empleo y la igualdad laboral, como base para su emancipación. El sufragio suponía la puerta a la igualdad política y el trabajo profesional lo era a la igualdad económica, a la autonomía personal, a la liberación. Para ello, reclamó para las mujeres el derecho al voto, a la educación, a la participación política y sindical, a igual salario por igual trabajo, a revisar la legislación para avanzar en la
igualdad. Reclamó la sociedad en clave de igualdad de género.

Entonces Clara Zetkin y sus compañeras trabajadoras y sindicalistas demandaron básicamente lo mismo que reivindicamos ahora. Igualdad en el trabajo y en la sociedad. Igualdad en el empleo, en las prestaciones sociales. Igualdad y corresponsabilidad. Renovar la sociedad desde el eje transversal de la igualdad.
Las mujeres del 2011 nos reconocemos en esta plataforma reivindicativa esencial
de hace cien años. Hemos avanzado pero no hemos llegado. El 8 de Marzo sigue siendo necesario, imprescindible. El 8 de Marzo está vivo.

Como homenaje a este siglo transcurrido, hacemos un reconocimiento a los orígenes de esta fecha simbólica pero efectiva de lucha y concienciación, que surgió precisamente en el ámbito de las feministas trabajadoras y sindicalistas, defendiendo más derechos para todas las mujeres y más derechos y mejores condiciones para las trabajadoras.

Una fecha que fue reconocida como Día Internacional de la Mujer por Naciones
Unidas desde 1977 y que es conmemorada por millones de mujeres y hombres en
todo el mundo que cada año denuncian el 8 de Marzo las desigualdades, discriminaciones y violencia que afectan a las mujeres y emplazan a erradicarlas.
Una fecha que visibiliza la lucha de las trabajadoras y las sindicalistas que han actuado desde las organizaciones sindicales en defensa de los derechos laborales,
económicos y sociales de las mujeres, persistentemente, todos los días del año en
estos cien años, en las calles y en los centros de trabajo, haciendo de cada día un 8
de marzo.

La lucha de Clara Zetkin (Sajonia, 1957 - Moscú, 1933) es representativa del movimiento obrero mundial en su conexión con el movimiento feminista. Defendió
infatigablemente durante más de medio siglo el derecho a la igualdad en el empleo
de las trabajadoras y su derecho a participar en las organizaciones obreras, desde
su participación en los partidos socialdemócrata y comunista y en las Internacionales Socialista y Comunista (II y III Internacional, respectivamente), lo
que la confirma como referente imprescindible de los movimientos feminista y obrero.

Fue consciente de la doble explotación de las mujeres, oprimidas por "el doble yugo, el del hombre y el del capital", decía, siguiendo las tesis marxistas. Convencida de la necesidad de que las mujeres accediesen en igualdad al mundo de la producción, impulsó la integración del objetivo del sufragio femenino en los
partidos y organizaciones en que militó y en los congresos internacionales celebrados en el marco de la II Internacional Socialista (1889-1916), organización
internacional que instauró otros dos símbolos de la lucha obrera y sindical, el Primero de Mayo y el himno de La Internacional, cuya letra, como sabemos,
reclama "que la igualdad ley ha de ser".

Además de su defensa del sufragio para las mujeres, denunció que las trabajadoras
sufrían peores condiciones laborales que los hombres, es decir, que ser mujer agravaba la explotación de clase: tenían vedado el acceso a determinados trabajos,
experimentaban jornadas más largas, trabajaban en peores condiciones y cobraban
un salario inferior al de los hombres.

De Clara Zetkin son memorables sus actuaciones en las tribunas, entre las que
destaca su conferencia en el congreso fundacional de la II Internacional (París,
1889) titulada "Por la liberación de las mujeres", considerada primera declaración
política de la clase trabajadora en cuestiones que hoy denominamos de igualdad de
género. Consiguió que el Congreso aprobara una resolución para que las trabajadoras reclamaran la igualdad de salario por igual trabajo, rechazando esta
discriminación respecto a sus compañeros trabajadores.

En 1992 creó el periódico Die Gleichheit (La Igualdad), publicación de la que fue
directora hasta 1917, y que se mantuvo como medio de comunicación dirigida a las
trabajadoras, impulsando la igualdad de clase y de género, hasta 1925. Ya en 1907
fue designado como el medio oficial de la I Internacional de las mujeres socialistas
en el Congreso de Stugartt, el mismo en que Clara Zektin fue elegida presidenta del
Comité de las Mujeres.

En la II Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague en agosto
de 1910, presentó una moción para que las mujeres celebrasen internacionalmente
una jornada anual dedicada a la lucha por sus derechos, fundamentalmente por el
sufragio femenino. Al año siguiente, en 1911, esta jornada se celebró el 19 de marzo en diferentes países. Debido al éxito de movilización y concienciación, se decidió celebrarla con carácter permanente. En 1914 algunos países, como Alemania, Suecia o Rusia ya lo celebraron el 8 de Marzo.

Debido a sus posiciones antibelicistas, entre otras cuestiones, Clara Zetkin abandonó el Partido Socialdemócrata alemán en 1917 y se afilió al Partido
Comunista alemán, del que formó parte de su Comité Central (1919-1923). En
1920 fue nombrada, en la III Internacional (Internacional comunista) secretaria
internacional de las Mujeres Comunistas. Diputada en 1927, se exilió a la Unión
Soviética cuando Hitler tomó el poder, en 1933, muriendo ese mismo año.


ALGUNAS FRASES DE CLARA ZEKTIN[i]
"La emancipación de las mujeres así como la de toda la humanidad sólo ocurrirá en
el marco de la emancipación del trabajo del capital".

"De acuerdo con las organizaciones políticas y sindicales del proletariado, las
mujeres socialistas de todas las nacionalidades organizarán en sus respectivos
países un día de las mujeres especial, cuyo objetivo principal será promover el
derecho a voto de las mujeres. Será necesario debatir esta proposición con relación
a la cuestión de la mujer desde la perspectiva socialista. Esta celebración deberá
revestir un carácter internacional y será necesario prepararla con mucho esmero".

"Los millones de mujeres obreras en la industria, el comercio, la agricultura no
pueden prescindir por más tiempo del sufragio como un arma para defender sus
intereses contra el capital".

"Demandamos la completa igualdad política de hombres y mujeres y el sufragio
femenino como la declaración de la madurez política de nuestro sexo. Todas las
mujeres, sin distinción de clase, valen políticamente igual como un medio para
ganar ellas el derecho a un desarrollo más libre y a una mayor actividad en la
sociedad".

"Todo el proletariado debe alzarse al grito de ¡Abajo las barreras legales que privan
a las mujeres de iguales derechos políticos!".

"El sufragio femenino está necesariamente ligado a la emancipación económica de
la mujer de las tareas domésticas y su dependencia económica de la familia y al
incremento de la fuerza de su actividad como asalariada".

[i] ÁLVAREZ GONZÁLEZ, Ana Isabel (2000), Los orígenes y la celebración del Día
Internacional de la Mujer 1910-1945. Oviedo: KRK Ediciones

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